Aníbal Fernández La Espada ofrecía un cuenta cuentos con un toque teatral que dejó a los más peques con la boca abierta.
La pasada mañana del 24 de abril en la Biblioteca Pública Municipal de Quintanar de la Orden, los niños de 3 años del Colegio Nuestra Señora de los Dolores y los de 4 y 5 años del Colegio Nuestra Señora de la Consolación pudieron disfrutar de un maravilloso cuenta cuentos como si de un teatro se tratase.
No es la primera vez que éste daimieleño, natural de Albacete, visita la localidad toledana para trasmitir su manera tan especial de contar cuentos y es que, lo hace a modo de teatro ya que él se dedica al mundo de las artes escénicas y cuenta con muchos años de trayectoria teatral.
Aníbal relata que, decidió contar cuentos porque para él es “algo apasionante” ya que, le apasiona la sencillez de “ver a gente narrando, la hermosura que tiene, lo sencillo y como te puedes meter en ese mundo” y, apunta que, “no deja de ser un reto”.
Lleva 34 años en la profesión actoral y contando cuentos más de 20, tanto para niños como para adultos. Ha escrito teatro y textos, pero, nunca ha llegado a editarlos para realizar su propio cuento, aunque contarlos es una de sus pasiones.
Durante la mañana realizó dos sesiones de cuenta cuentos. Y tras muchos cuentos leídos los 3 que interpretaba son los que más “le cuadraron” para esta actividad. Los elegidos fueron, “El perro que no sabía ladrar”, “Pobres fantasmas” y “El tamborilero mágico”.
El perro que no sabía ladrar cuenta la historia de un perro amarillo, al que engañan y toman el pelo en una granja diciéndole que se ladra de una manera errónea hasta que, llega a los maestros adecuados de su misma especie que le enseñan a ladrar.
“Pobres fantasmas” hace ver que, los fantasmas no existen. Que no hay que tener miedo porque están todos en un planeta donde han sido planchados y lavados. Haciendo así a los niños no pasar miedo.
Y, “El tamborilero mágico”, te enseñan lo malo y lo bueno y de, como si tienes un don o virtud tienes que aprovecharlo para hacer el bien.
Aníbal estuvo acompañado de su baúl mágico del cual sacaba diferentes artilugios con los cuales interactuaba con los niños para enseñarles los cuentos.
Los niños, muy emocionados e intrigados no perdían detalle de lo que Aníbal les estaba contando. Le hacían preguntas y se adentraban en las historias.
Él se apoyaba mucho por su vena teatral en poner diferentes voces, interactuando con muñecos y títeres ya que, con estos tres cuentos le daban juego.
Aníbal señalaba que no es un narrador purista, de llegar y narrar el cuento. Él, lo acompaña con otro tipo de recursos que le dan a su cuenta cuentos un toque más teatral y especial. Haciendo así que niños y mayores que queden con la boca abierta.
Be the first to comment