El Club Deportivo Toledo ve truncado su idilio con el acierto a puerta y cede ante un Calvo Sotelo Puertollano que presentó oposición durante más de una hora en inferioridad.
Sobre el guion, dos históricos de la categoría, destinados a pugnar por fugarse de la Tercera RFEF, acudían a su cita para brindar un duelo desbordante de intensidad. El público local, sabedor de algún tropezón de sus rivales directos y de la oportunidad de estirar la brecha con el Calvo Sotelo, bullía a cada acción en la que el esférico quedaba dividido.
El tanteo inicial estuvo marcado por las imprecisiones y el nerviosismo en la franja intermedia del campo; sólo remediado por destellos de calidad al servicio de Pepe Delgado y la verticalidad de Kofi. El extremo, a través de continuos desmarques por todo el ataque verde, era, una vez más, el agitador encargado de protagonizar internadas que hacían contener el aliento al espectador.
El devenir de los acontecimientos estuvo cerca de virar antes de llegar al 10´, cuando, tras una caída de Mazzocchi en el área, en la que la grada reclamaba la pena máxima, el colegiado de la contienda decidió que el juego continuara.
Acto seguido del susto, primero Mazzocchi, minutos más tarde Stevens en un barullo en el área y en tercera instancia Luna al rechace de una falta, eran quienes intentaban, sin éxito, aventajar a los suyos y derribar la formación del combinado azul.
Los ánimos se recrudecían por momentos y, en el 24´, el dorsal 3 del CS Puerollano, Elian, enfilaba el paseo a vestuarios tras propinarle un manotazo en la parte posterior de la testa a Mazzocchi que le valió la cartulina roja. En adelante y hasta el intermedio, los abucheos consecuencia de las pérdidas de tiempo incrementaron y se entremezclaron con los vítores cuando arremetía el conjunto toledano contra la meta de Nico.
En la reanudación, los discípulos de Santaelena empezaron percutiendo de forma si cabe más reiterada en la zona de tres cuartos rival; no obstante, sus mejores creaciones, finalizadas por Álvaro y Angelito, se desperdiciaron cuando la hinchada ya entonaba el grito de gol.
Los minutos volaban en el luminoso y las prisas por decantar la balanza a su favor, sumado al cierre coral, a cal y canto, acabaron por desquiciar a los toledanos y echaron por tierra sus numerosas y desatinadas aproximaciones, culminadas antes del añadido, para desconsuelo general, por un cabezazo desviado de Chupi.
Sumidos en la prolongación, el partido iba a deparar una alteración final en las constantes vitales de los asistentes: el colegiado señaló libre indirecto a 15 metros del arco visitante debido a la excesiva parsimonia de Nico al atajar y retener el balón. Con un disparo bloqueado por el brazo de un defensor, y el posterior misil que se topó con la cruceta, el colegiado silbó para concluir un encuentro que se le resistió al CD Toledo.
Próximo destino: CD Tarancón.
David Vargues
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